Por esta razón, las
asociaciones de mujeres insisten en que en los casos de
violencia los jueces deben suspender el régimen de
visitas porque los niños corren el mismo peligro.
Ana Maria Pérez del Campo, presidenta de la
Federación de Separadas, señala que “los niños no son
testigos, sino víctimas directas de la violencia
doméstica”. Además, añade Pérez del Campo, son
utilizados por el maltratador “como instrumentos para
seguir maltratando a la madre”. Por ello, “no hay que
dar visitas, ni régimen de comunicación con estos padres
que son sumamente peligrosos”
Solo un diez o un veinte por ciento de los casos de
maltrato infantil sale a la luz. La mayoría está
relacionada con las separaciones de los matrimonios y
las parejas.
APUÑALADOS, GOLPEADOS Y QUEMADOS
Este mismo mes de julio, el día 2, una pareja de
nacionalidad polaca fue detenida en Madrid por matar el
29 de junio en el barrio de San Blas a su bebé
recién nacida, una niña prematura de ocho meses, que
murió por traumatismo craneoencefálico.
El 7 de junio, una mujer de 35 años fue
detenida en Melilla acusada de envenenar a su hija de 15
años, fallecida dos días antes. Posteriormente, confesó
haber matado también a su marido (muerto en enero de
2004) y a otra hija, de cinco meses en 1990.
El 24 de mayo fue hallado en un contenedor de
basuras de Moralzarzal (Madrid) a un recién nacido con
signos de asfixia y politraumatismos, y el 28 de
abril murió otro bebé, de ocho meses, a manos de su
padre, quien además asesinó a su esposa.
El 1 de marzo, la policía detuvo a un
británico acusado de asesinar a su hijo de seis meses,
que ingresó ya cadáver en el Hospital Clínico de Madrid
dos días antes con evidentes signos de haber recibido
malos tratos.
Por último, el 4 de febrero, un colombiano de
36 años mató a su hija de 7 con un arma blanca, en una
vivienda de la localidad de El Médano, en el municipio
de Grandadilla de Abona (Tenerife). El presunto
parricida advirtió previamente a su ex pareja de sus
intenciones tras presentar ésta una denuncia por
secuestro.
Además, pese a no tratarse del padre de los niños,
otros dos menores murieron el pasado 30 de abril
en Alzira (Valencia) a causa del incendio provocado por
el ex compañero de la madre de éstos, que también
falleció.
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